Ignacio Bonilla Arroyo
El mariachi, símbolo musical de México en el mundo, no tiene una fecha precisa o un lugar concreto que pueda fundamentar su origen.
Aunque Manuel Esperón en su famosa canción dijo, que “De Cocula es el mariachi”, los académicos han llegado al acuerdo de que, efectivamente el mariachi es de Cocula, pero también de todo el sur de Jalisco, de Nayarit, Colima y Michoacán. A principios del siglo XX los mariachis procedentes del sur de Jalisco comenzaron a emigrar a la capital de la república, el de don Justo Villa, Concho Andrade, Cirilo Marmolejo y el Cuarteto Coculense, entre otros.
En 1936 Allá en el rancho grande, se convierte en un éxito cinematográfico de taquilla, en la que actúan dos jaliscienses: Tito Guízar y Esther Fernández. Sería la primera de una serie de películas de corte ranchero, con mariachi, charros y tequila, que contribuirían a la conformación de la llamada “Identidad Nacional”, durante la época de oro del cine mexicano.
El Mariachi Vargas de Tecalitlán había logrado fama como el grupo musical de gran calidad, anunciado por su disquera como “el mejor mariachi del mundo”. Los arreglos musicales de Silvestre Vargas y Rubén Fuentes servirían como modelo a los demás mariachis mexicanos.
En la segunda mitad del siglo XX los antropólogos comenzaron a decir que en México no había una identidad nacional, que había muchas, tantas como lenguas indígenas o regiones culturales, por lo que poseíamos una gran diversidad cultural.
Nuestro país fue invadido por músicas extranjeras más urbanas y por otros ritmos que se volvieron populares entre las nuevas generaciones; y el mariachi perdió su fuerza como música identitaria.
Con la creación del Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería por la CANACO en 1994 y el Encuentro Nacional de Mariachi Tradicional, por la Secretaría de Cultura de Jalisco, en el 2002, se fortaleció de nuevo la música tradicional y poco a poco el mariachi fue ganando terreno en el siglo XXI.
La Secretaría de Cultura de Jalisco decidió conformar el expediente y hacer los trámites necesarios, para lograr, que el 27 de noviembre del año 2011, en la isla de Bali, la UNESCO aprobara incorporar a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a El Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta.
A partir de entonces la música de mariachi se ha fortalecido. El primero de septiembre de 2012 se creó en Guadalajara la Comisión Nacional para la Salvaguardia del Mariachi (CONASAM) y el 7 de febrero de 2013 se fundó el Centro de Documentación e Información del Mariachi (CEDIM), con sede en la Secretaría de Cultura de Jalisco. Durante dos años en diversas sesiones de la CONASAM se elaboró el Plan Nacional para la Salvaguardia del Mariachi, el cual se encuentra vigente.
Se han creado en diversas fechas un buen número de escuelas y talleres de música tradicional en Jalisco y en diversas regiones culturales mexicanas.
La salvaguardia del mariachi va por buen camino, hacen falta mayores apoyos gubernamentales y de la iniciativa privada, más promoción de esta música en los medios de difusión públicos y privados y la incorporación de las músicas tradicionales a los programas educativos de las universidades y escuelas.
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